Autoinmunidad

El síndrome antifosfolípido (SAF) es un trastorno autoinmune en el cual el sistema inmunitario produce anticuerpos llamados antifosfolípidos, que pueden aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos (trombosis) y complicaciones durante el embarazo. Los antifosfolípidos son una clase de anticuerpos que atacan las proteínas unidas a los fosfolípidos, que son componentes de las membranas celulares y de las plaquetas.

Los antifosfolípidos pueden causar una variedad de manifestaciones clínicas, incluyendo:

• Trombosis venosa y arterial: Los coágulos sanguíneos pueden formarse en venas profundas (trombosis venosa profunda) o arterias, aumentando el riesgo de eventos como embolia pulmonar o accidente cerebrovascular.
• Complicaciones obstétricas: El SAF puede provocar abortos espontáneos recurrentes, muerte fetal intrauterina y preeclampsia.
• Trombocitopenia: Una disminución anormal del recuento de plaquetas en la sangre.
• Manifestaciones dermatológicas: Pueden incluir livedo reticularis (moteado o malla rojiza en la piel), úlceras cutáneas y lesiones similares a nódulos.

El diagnóstico del síndrome antifosfolípido se basa en la presencia de criterios clínicos y la detección de anticuerpos antifosfolípidos en la sangre mediante pruebas de laboratorio específicas. Algunos de los anticuerpos comúnmente evaluados incluyen anticuerpos anticardiolipina (aCL), anticoagulante lúpico (AL) y anticoagulante lúpico dependiente de β2-glicoproteína I (anti-β2-GPI). Estos anticuerpos pueden detectarse mediante técnicas como ELISA (ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas) o pruebas de coagulación especializadas.